Y volvimos a la Universidad Nacional de Lomas de Zamora, la primera donde El Norbi empezó a hacer docencia en los ochentas. Fue complicado explicar a los futuros periodistas que el lector estaba cambiando y que sus hábitos de lectura nos obligaba a cambiar nuestra forma de hacer periodismo. Así, llegamos a esto que parece nuevo que es el pensamiento visual, esa forma de pensar que ha sido combatida, históricamente, por los defensores de la palabra escrita.
Esos mismos que denunció el diseñador Robert Lockwood, al sostener que los seres humanos “inventaron la narrativa para crear la ilusión del orden“.
En un principio, las ideas expresadas mediante las imágenes eran dibujadas o talladas y la transmisión era sencilla, ya que la tecnología era simple.
Pero la irrupción de la escritura y la evolución en la forma de las letras hicieron que todo cambiara. La escritura destruyó la otra forma de comunicación: la de las imágenes, las pictografías.
La palabra, el texto, comenzaba a imponerse a lo visual, con la invención de Gutenberg, de 1450.
Se empezaba a armar un sistema de lenguaje fuertemente codificado que debía enseñarse y, por lo tanto, aprenderse. Las imágenes fueron arrancadas de las palabras, creando dos lenguajes diferentes y esto concluyó en una especialización que persiste hoy en día.
Dos lenguajes
Katherine McCoy sostiene que estas dos acciones responden a dos modos específicos de recibir mensajes en los que pensamos tradicionalmente como separados y totalmente independientes.
"Imagen y texto son dos portadores de estos mensajes. Por lo general, pensamos en ver como en un proceso visual asociado a imágenes, vemos el paisaje, un cuadro".
Las características que tradicionalmente se le adjudican al lenguaje visual son:
1) intuitivo, 2) holístico y 3) simultáneo, casi emocional e involuntario.
Por otro lado, el proceso de leer está asociado al proceso verbal de decodificar signos de lenguaje escrito.
Las características que tradicionalmente se le adjudican al lenguaje verbal son:
1) cerebral, 2) lineal y 3) secuencial.
Pero esa tarde de lunes, en la Universidad Nacional de Lomas de Zamora, la discusión con los jóvenes no fue demasiado novedosa.