Fueron ocho horas intensivas. Arrancamos a las 8 de la mañana del miércoles 6 y terminamos a las 18. Eran 20 estudiantes de varias casas de altos estudios de Paraguay que se animaron a un taller distinto, porque era de infografía de autor. Nadie pretendía enseñarles a usar algún software de dibujo y de maquetación. Lo que se buscaba era tratar de pensar de otra manera, dejando de lado lo literal por lo lateral.
El resultado fue excelente y, como ya lo había hecho en Medellín, El Norbi buscó el pretexto de la infografía para que los jóvenes trataran de encontrar su identidad. Tanto en Colombia como en Paraguay existen todavía vestigios, huellas de un pasado de miedo, y por suerte este tipo de ejercicios gráficos ayudan a poner en papel lo que es ser-colombiano-en-el-mundo o, en este oportunidad, ser-paraguayo-en-el-mundo.
Con casi tres horas de teoría infográfica, manejo de conceptos visuales, redefinición de la importancia de los discursos verbales, se trató de poner una base fuerte para empezar a soltar eso que se tenía adentro. No faltó la apoyatura del buen uso tipográfico y la necesidad de manejar con cuidado las herramientas tecnológicas que, de por si, son y serán sólo herramientas.
Participaron de la experiencia los estudiantes Dany Acosta, Eli Estigarribia, Christian Bogado, Ariel Báez, Paulo Bordón, Cecilia Campuzano, Fabiola Dominguez, Nathalia Arriola, Analía Rolón, Kevin Jolly, Sara Meza, Romina Benítez Cantero, Santiago Villalba, Alcides Acosta Mereles, Liz Andrea Martínez, Renato Arellano, Magdalena Estigarribia, Rubén Choe, Alejandra del Puerto Riego y Hugo Battaglia.
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